lunes, 9 de noviembre de 2009

La ley como realidad.

La ley, como fetiche y como realidad.

Rigor, seriedad, transparencia,representatividad, madurez.¿Quien puede no compartir esos objetivos?El problema con el proyecto de “reforma política”del gobierno es que expresa un minimo de bases decentes y necesarias, junto con otras cuestionables, pero preocupa la oportunidad en la que lo impulsan los Kirchner, y los objetivos verdaderos de la norma, no los aparentes.
Al exigir elecciones primarias(internas) en los partidos, limitar sus gastos y exigirles estructuras solidas y democraticas formas de funcionamiento, se avanza mucho en la materia do de la Argentina fracasa, estipulando la prohibición de la publicidad por TV y elevando el piso para presentar candidaturas a cargos electivos.
Considerada en abstracto, la ley reformaría la politica nacional y podría poner en valor a los deteriorados partidos argentinos, que comenzaron a hacer agua a mediados de los años 90 y se derrumbaron a fines de 2001.
El proyecto del gobierno impone mucho rigor al funcionamiento de los partidos políticos y a la designación de sus candidatos a cargos electivos nacionales, lo que implica una ventaja comparativa para las fuerzas con presencia territorial en todo el país, osea el peronismo y el radicalismo.

Modificaciones:
Si la ley fuera aprobada, desde ahora y hasta las presidencias del 2011, en el dia de las primarias deben exhibirse en el cuarto oscuro las boletas de los precandidatos de todos los partidos y cada votante deberá elegir solo una del partido que desee.Segun la reforma, solo avanzan a la elccion general los precandidatos con mas votos de cada partido, pero solo si esa fuerza logra no menos del tres por ciento del total de ls vtos emitidos.
Aquí radica un peldaño infranqueable para pequeños pero vigorosos partidos, como el socialismo, por que con los números de las elecciones del pasado 28 de junio, solo podrían presentarse en las generales partidos con no menos de 600.000 votos en las primarias. Hay otras disposiciones que si se hacen realidad, alteran lo que durante estos últimos 26 años fue norma y además habito malsano.
Formula presidencial y candidatos a senadores no pueden cambiar después de la primaria.Cada partido decide para distribuir lugares entre ganadores y perdedores en la lista definitiva de candidatos a diputados.
Ningun perdedor en las primarias o que no haya rivalizado podrá presentarse en la elección general. Las campañas durarán solo un mes en total y sólo será autorizada propaganda electoral 20 dias antes de las primarias y 25 dias antes de las generales. Prohibida la publicidad audiovisual privada, radios y TV deben ceder espacios gratuitos que distribuirá el Estado, una mitad de modo igual para todas las fuerzas y la otra según los últimos resultados electorales.
Hay normas que suenan maravillosas:el Gobierno no podrá inugurar obras en los 15 dias previos a la elección (debería ser en los 30 dias) y los anuncios oficiales “no podrán contener elementos que promuevan expresamente a la captación del sufragio”. Como un gesto pequeño pero sensible a la oposición, el Gobierno amitió extender de una semana a dos la prohibición de que el Ejecutivo publicite sus actos.
Las palabras de Cristina Kirchner resuenan teoricamente promisorias y entusiasmantes:”
no puede haber agrupaciones personales o clubes de admiradores.Nosotros creemos profundamente en sistema de partidos políticos.No es una cuestión de tamaño, sino de concepción y funcionamiento”.
Legal contra las alianzas electorales: solo podrán consumarse hasta 60 dias antes de las primarias; los precandidatos tienen que presentar la fórmula completa (postulantes a presidente y vicepresidente), por lo que el derrotado en la interna no puede pasar al binomio ganador en su partido. Otra bendición: la ley liquidaría las vergonzosas listas colectoras o espejo, una vergüenza típica de la viveza criolla. La cabeza de la lista solo podrá ser incluida en la única boleta .
Pero los Kirchner no son necios: la ley nada dice de prohibir las bochornosas candidaturastestimoniales” que el Gobierno cultivó hace cuatro meses. Otra limitación gravísima que hiere mucho a la credibilidad de este proyecto es que no se modifica en nada al arcaico y falible sistema de votación.

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